El ritual marca el comienzo del Año Nuevo Andino Amazónico y el cinco mil 529 del Chaco, dos fechas en las que se renuevan los compromisos de cuidado y armonía con la Pachamama (madre tierra)
Venimos a Tiahuanacu con mucha humildad para pedir mucha salud para el pueblo boliviano, dijo el mandatario en la ceremonia a la que también asistieron otros representantes del Estado y del Gobierno.
‘Como nunca, necesitamos de todas las fuerzas, necesitamos y venimos con mucha fe a pedirle a nuestra Pachamama, a pedirle a nuestro Inti (sol), fuerza, salud para seguir avanzando’, destacó.
Arce también pidió a las fuerzas de la naturaleza apoyo para seguir adelante con el trabajo, por el desarrollo de la economía nacional y la continuidad del proceso de cambio que iniciaron los gobiernos del Movimiento al Socialismo en 2006, cuando asumió la presidencia Evo Morales, primer mandatario indígena en la historia del país suramericano.
El 21 de junio en Bolivia es feriado nacional desde 2009 cuando por Decreto Supremo se reconocieron por parte del Estado estas tradiciones ancestrales, y a Tiahunacu lugar sagrado cuna de la civilización precolombina, cuyos orígenes se remonta a 10 siglos antes de Cristo. A instancia de Bolivia, la fecha fue admitida por la Organización de Naciones Unidas como Día Internacional de la Celebración del Solsticio, en reconocimiento a las prácticas culturales de los pueblos indígenas que, junto con el cambio de estación, celebran el inicio de un año nuevo.
Las celebraciones por el Año Nuevo Andino Amazónico y el cinco mil 529 del Chaco también tienen rituales en otros lugares del país considerados sagrados, como la Isla del Sol, en el lago Titicaca; las ruinas de Samaipata, en Santa Cruz, o en Incallajta, en el departamento de Cochabamba.
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