La organización Lazos de Dignidad recalcó que lo mínimo que puede hacer Duque en este cruel caso es ordenar una investigación.
Cómo es posible que Santiago Ochoa sea detenido por la policía y su brazo élite el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y luego aparece decapitado, cuestionó la agrupación.
Ante este hecho, Inti Asprilla, representante a la Cámara por Alianza Verde, señaló que decapitar a una persona, además del asesinato busca generar terror.
El senador Alexander López Maya por Polo Democrático expresó que el dolor por lo sucedido con Santiago Ochoa es indescriptible, el horror le arrebató la vida por reclamar un país con oportunidades.
‘Colombia jamás volverá a ser la misma, estos momentos de barbarie serán juzgados y nos recordarán el país que jamás querremos volver a ser’, enfatizó por medio de su cuenta en Twitter.
Asimismo, el usuario en esta red social llamado Gelver y que señala ser un desplazado que anhela una Colombia en paz, denunció que Ochoa desapareció en Tuluá, municipio ubicado en la región central del departamento del Valle del Cauca, en los días del Paro Nacional.
La concejala de Bogotá Heidy Sánchez expresó su absoluto repudio ante el horroroso crimen cometido contra Santiago Ochoa, joven de 23 años e integrante de la primera línea de Tuluá.
‘Acciones propias del paramilitarismo contra nuestra juventud, que deben ser investigadas y condenadas. áNo más!’, escribió en Twitter.
La cabeza de Ochoa fue hallada ayer, mientras su cuerpo aún no aparece, al tiempo que numerosas personas aseguran que fue apresado por uniformados durante las movilizaciones y no se supo más de él.
Sin embargo, la policía negó responsabilidad en ese hecho y aseguró que llegarán a sus asesinos lo antes posible.
La organización no gubernamental Temblores registró entre el 28 de abril y el 16 de junio, en el contexto del reciente paro nacional contra medidas neoliberales del gobierno de Duque, cuatro mil 285 casos de violencia policial, buena parta a manos del Esmad.
Documenta, además, 43 homicidios, 70 víctimas de agresión a sus ojos; 215 casos de disparos de armas de fuego por parte de la policía, 28 víctimas de violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos, sin contar las decenas de desaparecidos denunciados por diversas organizaciones de derechos humanos.
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