Luego de 90 días de aclimatación, las posturas ya ubicadas en un vivero de endurecimiento completarán el alistamiento hasta su traslado a las áreas de producción, donde continuarán el crecimiento y desarrollo.
Las investigadoras Yemeys Quiroz y Lianny Pérez, son las encargadas de evaluar la evolución de las plántulas, a las cuales aplicaron extractos bioestimulantes, en sustitución de fertilizantes químicos.
El movimiento hasta el campo requiere del cumplimiento de todos los parámetros de seguridad establecidos en el protocolo de micropropagación, en aras de lograr un buen estado vegetativo de la planta y frutos de calidad, señaló Pérez.
A pesar de la compleja situación epidemiológica en Ciego de Ávila, debido a la Covid-19, las expertas continúan las indagaciones, siempre cumpliendo con las medidas higiénicas y de bioseguridad.
La introducción de nuevas variedades de piña en el territorio, permitirá sustituir importaciones en el sector turístico, exportar mejores frutos e incrementar la entrega a la industria para la producción de jugos, concentrados y dulces en almíbar.
El excelente vínculo entre la unidad productiva, el Centro de Bioplantas y la Universidad Máximo Gómez, permite una continua investigación en aras de beneficiar cada día el cultivo de la piña, uno de los principales símbolos agrícolas de la provincia avileña.
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