Vía internet, familiares de detenidos-desaparecidos expusieron su relato en una de las causas que después de cuatro décadas continúan en el país para juzgar a los involucrados en estos hechos , esta vez sobre las barbaries cometidas en tres centros clandestinos de detención de la provincia de Buenos Aires.
Se trata de las torturas y crímenes que se llevaron a cabo en los centros conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de Lanús, que incluye el caso de 442 víctimas, entre ellas 18 embarazadas y muchos de sus compañeros, además de siete niños nacidos en cautiverio.
Al exponer ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, capital de provincia de Buenos Aires, Miguel Santucho, quien aún busca a su hermana o hermano nacido en cautiverio, relató su dolorosa historia, que marcó su vida para siempre, y abogó por continuar adelante con estos juicios.
Durante su testimonio, destacó la importancia de que el Estado haya impulsado las políticas de Memoria, Verdad y Justicia pero señaló que aún falta mucho y es vital que se complete este proceso de juzgamiento.
‘Que las condenas queden firmes antes de que mueran los genocidas por los crímenes imputados, la perversidad de la desaparición y la apropiación de bebés, porque estos delitos siguen, cada día es una gota que viene a lastimar nuestras concienciass’, expresó al tomar la palabra en la audiciencia.
Tras relatar lo sucedido a su familia, subrayó que los hijos de los nietos apropiados por los militares durante una de las épocas más grises de este país van a seguir padeciendo esta falta de identidad si no se resuelve. Es injusto que los responsables de estos crímenes accedan a beneficios en sus condenas, dijo.
El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata juzga en este caso a 18 represores que actuaron en esos centros clandestinos de detención, entre ellos Miguel Etchecolatz, el exmédico policial Jorge Bergés y Juan Miguel Wolk, responsable del Pozo de Banfield.
El caso tuvo su primera elevación a juicio en abril de 2012 y las Abuelas de Plaza de Mayo son querellantes junto con Carlos D’Elía, Victoria Moyano Artigas, María José Lavalle Lemos y su hermana María Lavalle, niños apropiados, hoy hombres y mujeres que lograron recuperar su verdadera identidad.
Además como querellante se encuentra Pablo Díaz, sobreviviente de la conocida Noche de los lápices, y Graciela Borelli Cattaneo, hermana de un ciudadano uruguayo víctima del Plan Cóndor.
oda/may