Dicha normativa que prohibe hablar sobre homosexualidad en los centros escolares recibió además el rechazo de los ministros de Relaciones Exteriores del bloque reunidos la víspera en Luxemburgo.
Durante una rueda de prensa en esta ciudad von der Leyen prometió usar todos los poderes de la CE para asegurar que ‘los derechos de todos los europeos estén garantizados, sean quienes sean y vivan donde vivan’.
El pronunciamiento sucede a varias alertas desde los colectivos de LGBTI (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transgénero e intersexuales) y mensajes de preocupación de varios Estados miembros como Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, a los que se sumaron más tarde otros 10.
Días atrás la CE recibió críticas por su demora al dar una respuesta sobre la normativa y más tarde se limitó a ‘tomar nota’ de su adopción y anunciar que analizaría los detalles antes de decidir los pasos a seguir.
Más tarde Didier Reynders, comisario de Justicia del mecanismo comunitario, lamentó la aprobación de la medida mientras fueron anunciadas acciones legales.
La víspera y durante la reunión en el Gran Ducado de Luxemburgo, el ministro alemán de Asuntos Europeos, Michael Roth, criticó la normativa y la calificó ante sus homólogos europeos de ‘gran inconveniente’ para el mecanismo comunitario.
Recordó anteriores cuestionamientos de la UE contra Hungría por infracciones al Estado de Derecho y afirmó que las decisiones del Gobierno de Budapest generan dudas sobre la libertad académica y de los medios de comunicación.
De su lado el anfitrión de la cita y ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, definió la reforma como una ‘medida muy mala porque contraviene los valores y derechos europeos’.
Dentro de Hungría analistas consideran la aprobación de la normativa como un triunfo del primer ministro Viktor Orban, de cara a las elecciones de 2022 en la que la oposición intentará presentar una candidatura única para sacar del poder al ultranacionalista.
Mientras la ministra de Justicia húngara, Judit Varga, declaró hoy a la radio pública Kossuth que las críticas expresadas por la UE son falsas.
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