En declaraciones a Vatican News, Parolín abordó las preocupaciones expresadas por vía diplomática al ejecutivo italiano sobre la iniciativa ‘Medidas de prevención y enfrentamiento a la discriminación y la violencia por motivos fundados en el sexo, género, orientación sexual, identidad de género y discapacidad’.
La iniciativa legislativa, aprobada en noviembre de 2020 por la Cámara de Diputados, es examinada actualmente por el Senado.
El purpurado precisó que la Santa Sede está contra cualquier actitud o gesto de intolerancia u odio hacia personas por su orientación sexual, etnia o creencias.
Nuestra preocupación, dijo, concierne a los problemas interpretativos que podrían surgir si se adoptara un texto con contenidos vagos e inciertos, lo cual terminaría trasladando la definición de lo que es y no es delito, a la etapa judicial.
Sin darle al juez los parámetros necesarios para distinguir, apuntó, el concepto de discriminación sigue teniendo un contenido demasiado vago.
La necesidad de definición es particularmente importante porque la legislación se mueve en un área de relevancia criminal donde, como es bien sabido, lo que está permitido y lo que está prohibido debe estar bien determinado, subrayó.
Este asunto salió a la luz pública en los últimos días cuando algunos medios publicaron fragmentos de una Nota Verbal de la secretaría de Estado entregada a la embajada italiana ante la Santa Sede.
En el documento, la dependencia vaticana expresó preocupación porque algunos contenidos del proyecto tendrían un efecto negativo sobre ‘las libertades garantizadas a la Iglesia católica y sus fieles’ según el régimen de concordato vigente con el Estado italiano.
En particular, el texto mencionó ‘la parte que establece la penalización de conductas discriminatorias por motivos de sexo, género, orientación sexual, identidad de género’.
Al tema se refirió la víspera el primer ministro, Mario Draghi, quien subrayó el carácter laico del Estado, en el cual el Parlamento es libre de discutir y legislar.
Draghi apuntó que ‘nuestro ordenamiento contiene todas las garantías para asegurar que las leyes respeten siempre los principios constitucionales y compromisos internacionales, entre ellos el concordato con la Iglesia’.
Finalmente, dijo, quiero aclarar una cosa que se encuentra en una sentencia de la Corte Constitucional de 1989. El laicismo no es indiferencia del Estado hacia el fenómeno religioso. El laicismo es la protección del pluralismo y la diversidad cultural.
Al coincidir Draghi sobre la laicidad del Estado italiano y la soberanía del Parlamento, Parolín aclaró que ‘por eso se escogió el instrumento de la Nota Verbal, el cual es el medio apropiado para el diálogo en las relaciones internacionales’.
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