La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, siglas en inglés), explicó que las operaciones de ayuda estaban en curso, pero se ven obstaculizadas por la inseguridad en el país asiático.
A inicios de este mes, el relator especial de la ONU sobre derechos humanos en Myanmar, Tom Andrews, advirtió sobre ‘muertes masivas’ por hambre y enfermedades a raíz de los combates en el este de la nación.
Myanmar vive en el caos desde el Golpe de Estado del pasado 1 de febrero, y una brutal represión militar contra la disidencia ha dejado más de 800 muertos, según un grupo de vigilancia local.
Aunque ya no se reportan manifestaciones diarias en las ciudades, sí ocurren enfrentamientos en varias zonas rurales de Myanmar, donde milicias locales chocan contra las fuerzas de seguridad.
Los militares asumieron el poder por la vía violenta, alegando irregularidades en las elecciones del pasado año, que fueron desestimadas por las autoridades competentes.
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