En la jornada de este viernes la vicemandataria estuvo durante varias horas en El Paso, Texas, donde se reunió con niñas migrantes, trabajadores de la Patrulla Fronteriza y activistas.
En declaraciones a los periodistas después de su recorrido por la zona, Harris reiteró la necesidad de abordar las causas fundamentales del aumento de indocumentados provenientes de Centroamérica.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el senador demócrata Dick Durbin, presidente del Comité Judicial del Senado al frente de los esfuerzos en la reforma migratoria bipartidista, acompañaron a la vicemandataria en su gira.
Medios estadounidenses, como la cadena NBC, consideraron este como un viaje ‘políticamente tenso’ después de semanas de presión por parte de sus oponentes políticos para ir allí en persona.
Los republicanos aprovecharon la ausencia de Harris y del presidente Joe Biden en el límite binacional para acusar de débil a la administración en cuanto a seguridad fronteriza, y de esa forma buscan revivir una potente arma política con vistas a las elecciones legislativas de 2022, señaló la agencia Associated Press.
El gobierno rechazó de manera reiterada las críticas bajo el argumento de estar más enfocado en abordar las condiciones que impulsan a miles de personas a dirigirse a la frontera.
Ese fue el mensaje central durante la reciente visita de Harris a México y Guatemala a principios de este mes, cuando se reunió con funcionarios locales e imploró a los migrantes no hacer el viaje a través de territorio mexicano hacia Estados Unidos.
La visita de hoy a El Paso se produce pocos días antes de que el expresidente Donald Trump vaya a la misma zona acompañado por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, y un grupo de miembros de ese partido en la Cámara de Representantes.
La cantidad de migrantes que llegan al sur de Estados Unidos creció de forma inusitada en meses recientes, desde que asumió el gobierno de Biden, y según cifras del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, más de 180 mil indocumentados fueron detenidos allí.
Si bien por un lado la actual administración busca detener la entrada de migrantes, por otro alienta el flujo irregular, sobre todo en el caso de los cubanos con quienes Washington incumple el compromiso de garantizar un mínimo de 20 mil visas por año ni ofrece servicios consulares en La Habana, consideran analistas.
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