La disposición podría ser una oportunidad de negocio para el sector, pero no para la población porque el coste de las vacunas será ‘desorbitado’, y la mayoría de los haitianos no tendrá acceso a ellas, advirtieron los profesionales.
También cuestionaron la capacidad del Ministerio de Salud para inspeccionar los fármacos introducidos en el país, pues ‘Haití no tiene un laboratorio de control de calidad que pueda verificar si una vacuna es falsa o no’, señalaron.
Similares planteamientos esgrimió la extitular de Salud, Josette Bijou, quien puso en duda la capacidad de Gobierno para controlar el proceso antes, durante y después de la vacunación.
También alertó sobre la desigualdad en el acceso al fármaco, especialmente para aquellos incapaces de costear su precio en las instituciones privadas.
Haití es de las pocas naciones que todavía no inició el proceso de vacunación y se encuentra a la espera de la llegada de 130 mil dosis de AstraZeneca, a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud.
Además, una reciente encuesta reveló que el 76 por ciento de los casi 12 millones de ciudadanos rechazaría aplicarse la vacuna de estar disponible en el país, mientras que solo el nueve por ciento aceptaría su administración sin coacción, indicó el estudio.
La pandemia estuvo relativamente controlada en el país hasta mayo de este año, cuando los casos se sextuplicaron y se multiplicaron por siete las muertes.
En los primeros 22 días de junio las autoridades registraron 88 decesos, un 30 por ciento mayor que durante el mes precedente, y casi un 20 por ciento más de contagios.
Ante este escenario, la guerra de bandas armadas por el control territorial amenaza con disparar los números, ya que obligó a miles de personas a refugiarse sin condiciones mínimas y hacinadas en espacios públicos.
La cartera sanitaria anunció que tomará medidas para evitar la propagación de la enfermedad en estos espacios, luego de una visita la víspera al polideportivo de Carrefour, donde desde el 1 de junio se trasladaron unas mil 500 personas que huyeron de los cheques hostiles entre las pandillas.
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