Bachelet hizo un llamado urgente a los Estados miembros de Naciones Unidas a adoptar una agenda transformadora para desarraigar ese flagelo, apuntó el vocero.
Además, continuó Dujarric, el informe afirma que la movilización mundial de personas para exigir justicia racial ha obligado a un ajuste de cuentas, el cual se retrasó durante mucho tiempo.
Estas acciones desplazaron los debates hacia un enfoque en la naturaleza sistémica del racismo y las instituciones que lo perpetran, indicó el funcionario.
Según destacó la alta comisionada para los Derechos Humanos, los países deben adoptar reformas y respuestas de todo el Gobierno y la sociedad, mediante planes de acción con recursos adecuados y medidas concretas desarrolladas a través de diálogos nacionales, con una participación y representación significativas de personas de ascendencia africana.
Asimismo, apuntó Bachelet, es preciso aplicar una estrategia de amplio espectro y no un enfoque fragmentario con el fin de desmantelar sistemas basados en ‘siglos de violencia y discriminación’.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos recibió en junio de 2020 -poco después del asesinato del afronorteamericano George Floyd en Estados Unidos- el mandato de preparar un informe exhaustivo sobre el racismo.
Este análisis se basó en consultas en línea con más de 340 personas, la mayoría afrodescendientes.
De acuerdo con el informe resultante, en todo el mundo y en particular en América del Norte y del Sur y en Europa, es desproporcionado el número de afrodescendientes que viven en la pobreza y enfrentan graves obstáculos para ejercer sus derechos.
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