En estos 24 meses, desde que varias personalidades se juntaron en la ciudad mexicana que lleva su nombre, la agrupación ha crecido y tejido redes en la región y cuenta hasta ahora con 52 líderes políticos de 16 países, entre ellos, dos presidentes en funciones (Alberto Fernández, de Argentina, y Luis Arce, de Bolivia).
En una lucha constante por defender la democracia de la región, los miembros de la alianza en este tiempo han dado dura pelea por la paz, la justicia social, impulsando el progresismo y sobre todo una sostenida batalla contra las guerras judiciales, la corrupción y los Golpes de Estado.
Al hacer un balance de este tiempo, el Grupo precisó en una nota que junto a la defensa por una mejor región, están presentes en múltiples urgencias que vive la comunidad internacional azotada por la desigualdad y los efectos de la pandemia.
A lo largo de este tiempo, el Grupo de Puebla, en conjunto con el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia y el Grupo Parlamentario Iberoamericano, creados en el marco de esa alianza, se ha consagrado como un espacio de reflexión, integración y debate democrático.
De ella, emanaron propuestas progresistas encarnadas, en su mayoría, en el Manifiesto Progresista, documento que consta de 33 puntos para afrontar la profunda crisis económica, social y política en el mundo pospandémico, recordó ese colectivo.
Uno de los momentos más importantes de este tiempo ha sido el rol de la Alianza al denunciar la guerra jurídica (lawfare) a través de su Consejo jurídico como fue en el caso de Ecuador o Bolivia, donde tras el Golpe de Estado perpetrado por los sectores oligárquicos de dicho país, el Grupo de Puebla logró articular redes con destacados expresidentes fundadores y líderes de la organización. Eso, entre otras cosas, permitió el resguardo de la seguridad del expresidente Evo Morales en el momento que tuvo que abandonar su país y fue recibido por el fundador del Grupo y presidente argentino, Alberto Fernández.
Los miembros del Grupo, que cuenta con más de 11 expresidentes latinoamericanos, también han dejado sentada en varias declaraciones sus claras posiciones entre la comunidad internacional a su rechazo al bloqueo económico, comercial y financiero impuestos a Cuba y Venezuela por Estados Unidos.
Otro de su sostenido trabajo fue su colaboración en la unidad de las fuerzas de cambio en los países de los miembros integrantes, especialmente en el caso de Chile y Colombia, promoviendo la no violencia, el respeto irrestricto a los derechos humanos, la dignidad, la justicia social y la democracia.
En esa misma línea, como organización hemos sido parte del primer encuentro del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, en la Conferencia Defender la democracia y la soberanía popular, con fuerzas progresistas de Latinoamérica, el Caribe, Europa y el mundo, manifestó la alianza.
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