Su presidente, Daniel Diverio explicó que el gremio reclama el retiro de un capataz que con ‘ese nivel de agresividad hacia mujeres, no podía estar al mando de ellas’, y quien con ‘la cabeza retorcida les hace acometer tareas muy duras’.
Una compañera que denunció esta conducta entró a trabajar junto a otras en un sorteo de plazas laborales para la planta papelera que se erige en el departamento central Durazno.
‘Esa persona debe esperar fuera de la obra hasta que se dilucide la investigación tras la denuncia’·, añadió el gremio.
El dirigente sindical enfatizó que ‘no estamos parados por premios ni por sueldos, sino por machismo en la sociedad’ y señaló a la empresa finlandesa inversora UPM de ‘doble discurso’ ya que es la que contrata a quien se encarga de los vínculos laborales.
Según declaró a Radio Universal continúa la negociación con la parte inversora y el Ministerio de Industria se interesó en buscar una alternativa de salida al conflicto.
La futura planta conocida como UPM2 será la segunda papelera de la misma firma extranjera que producirá en Uruguay, y se le considera junto a una línea férrea desde Montevideo a Paso de los Toros más al norte la obra del siglo del país.
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