Los sondeos sitúan al presidente y abanderado de la centrista La República en Marcha (LREM) y a la líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN por sus siglas en francés) en el balotaje, pero al mismo tiempo ratifican que la mayoría de los ciudadanos quisiera no volver a vivirlo.
Este escenario de aparente contradicción invita a los conservadores y a la izquierda, fuerzas perdedoras en pasados comicios como las presidenciales de 2017, las europeas de 2019 y las municipales de 2020, a pensar en líderes y alianzas que logren ‘colar’ a un candidato en la cita en las urnas prevista en 10 meses.
Las regionales dejaron un mensaje bastante difícil de leer, ante el enorme abstencionismo de ambas vueltas, marcado por la ausencia del 66 por ciento de los votantes, pero cerraron con el triunfo de Los Republicanos (LR), la derecha tradicional, en la mayoría de los territorios, seguidos por el Partido Socialista, mientras LREM y RN quedaron por debajo de sus expectativas.
Si bien las regionales y las presidenciales no son lo mismo, el resultado de las elecciones de junio introdujo nuevas variables, y una encuesta del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) publicada hoy por el semanario Le Journal du Dimanche refleja que seis de cada 10 personas considera posible que los conservadores ganen en 2022 la batalla por el Palacio del Elíseo.
De acuerdo con la pesquisa, el 91 por ciento de los partidarios de LR piensa así, al igual que el 60 dentro de la oficialista LREM, el 62 en la extrema derecha representada por RN y el 53 en la izquierda.
Xavier Bertrand, Valérie Pécresse y Laurant Wauquiez, todos claros ganadores en las regionales, destacan como las figuras llamadas a impedir desde la ‘derecha republicana’ el nuevo duelo Macron-Le Pen, aunque las cosas resultan bien complicadas a la hora de hablar ahora mismo de un consenso.
Las encuestas señalan a Bertrand, presidente ratificado en la región de Alta Francia y único del trío en confirmar su candidatura al Elíseo, como el más apoyado detrás de Macron y Le Pen, y con potencial para superarlos en la primera vuelta y de asegurar un puesto en el balotaje, si se suman los votos de otros eventuales aspirantes conservadores.
El portador del mensaje de una ‘derecha social’ invitó a Pécresse (presidenta de Isla de Francia) y a Wauquiez (Auvernia-Ródano-Alpes) a acompañarlo, pero estos no respondieron a la convocatoria y está por ver qué decidirán.
Wauquiez pudiera considerarse el candidato natural que la cúpula de la derecha busca sin necesidad de realizar primarias, ya que Bertrand y Pécresse abandonaron el partido LR en 2017 y 2019, respectivamente.
Según el estudio del IFOP, un 46 por ciento de los franceses estima que Bertrand sería ‘un buen candidato de la derecha’, mientras que un 42 piensa lo mismo de Pécresse y un 35 de Wauquiez, sin que esté despejado qué ocurrirá en el ala conservadora de la política gala, ni si el deseo de evitar el Macron-Le Pen será suficiente para acudir a las urnas con un aspirante único.
El trío no está solo, y también suenan nombres como los de Bruno Retailleau, jefe de la bancada de LR en el Senado, François Baroin, alcalde de Troyes, y Michel Barnier, exnegociador europeo para el Brexit.
Para el líder de LR en la Asamblea Nacional, Christian Jacob, las elecciones regionales demostraron que la única alternativa en Francia es la ‘derecha republicana’, en alusión al balotaje Macron-Le Pen al que ya muchos parecían acostumbrarse, pero no está claro como traducirán esa propuesta en un candidato capaz de impedirlo.
Una respuesta al desafío conservador la expuso hoy al semanario Le Journal du Dimanche el alcalde de Antibes, Jean Leonetti (LR), quien defendió la celebración de primarias inclusivas en la derecha y el centro, un proyecto que prevé presentar el martes, el cual convertiría a Bertrand y Pécresse en favoritos, por ese orden, según las encuestas.
El oficialismo con seguridad no vería esto con buenos ojos, ya que de acuerdo con expertos, su apuesta es al Macron-Le Pen y a contar con un nuevo ‘frente republicano’ destinado a impedir la llegada al poder de la extrema derecha, garantizando otro ‘quinquenato’ al actual presidente.
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