Para su derribo se utilizaron 433 kilogramos de Indugel, un explosivo colombiano, incrustados en mil 889 perforaciones ubicadas en 533 columnas de la edificación.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, se optó por la implosión para disminuir la sismicidad, el impacto de la caída, el ruido y el polvo y así atenuar las afectaciones a los vecinos del sector, sin impactos ambientales considerables.
Molano aseguró que, con el derribo del antiguo edificio, avanza el Proyecto Fortaleza que generará 42 mil empleos hasta 2026 a partir de la construcción del nuevo que comenzará en el tercer trimestre de este año.
El Gobierno prevé adjudicar el próximo 15 de julio la construcción del edificio Fortaleza, una licitación en la que solo podrán participar constructoras colombianas.
Sin embargo, las críticas a la inversión millonaria para la nueva construcción en medio de la crisis sanitaria y económica en el país son numerosas en las redes sociales.
‘¿Alguien sabe qué pasó en Colombia, un país al que no le quedaba caja para subsistir en el trámite de la reforma tributaria, pero que hoy tumba el edificio público del ministerio de defensa para hacer una megaobra de 1 billón de pesos?’, escribió en Twitter el usuario Gabriel Riaño.
Por su parte, el internauta SIMON OSMA escribió en la misma plataforma que era una edificación bonita donde se veían fuertes columnas.
‘El deterioro, tal vez llegó por el óxido corrosivo, que produce la sangre en los metales’, expresó al referirse a los hechos de violación a los derechos humanos atribuidos al Ejército colombiano.
El edificio derribado, ubicado en el Centro Administrativo Nacional, tenía 74 mil 260 metros cuadrados y, tras la demolición, se estima un volumen de escombros de 222 mil 780 metros cúbicos.
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