A escala nacional, la llamada industria del ocio transita por una fase embrionaria, esto debe servir para aprovechar las mejores experiencias, especialmente de los países vecinos, a fin de planificar el desarrollo de manera racional, estimó el doctor en ciencias económicas y empresariales Manuel Francisco Bandeira.
Por el carácter incipiente de la rama, la mayoría de los estados africanos están a tiempo de decidir si van a explotar los recursos naturales de forma sostenible o van a seguir los pasos de economías desarrolladas que ‘empezaron a hacerlo cuando ya era demasiado tarde’, dijo el especialista al diario Jornal de Angola.
Según opinó, el fomento del negocio debería ir aparejado al incremento de las inversiones locales en medios e infraestructura de transporte, vías de comunicación, agua y energía eléctrica, a fin de valorizar los espacios urbanos y rurales en beneficio también de la población.
El gobierno, sugirió, debería acelerar los mecanismos con vistas a institucionalizar las autoridades municipales (autarquías) u otras formas de autonomía financiera y administrativa, lo cual sería beneficioso para el sector en análisis.
A juicio del entrevistado, la regionalización de los planes constituye una opción adecuada, pues conduce al mejoramiento de la administración y al establecimiento de distintas modalidades turísticas, a partir del potencial en cada demarcación por sus atractivos naturales, culturales e históricos-monumentales.
Resulta conveniente considerar ese inventario como parte de un proceso de planificación más complejo, pues no debería ser la mera identificación, ubicación y descripción de lugares para la inversión turística inmediata, sopesó.
La relación entre los sitios y la actividad turística debe gestionarse de manera sustentable para las generaciones actuales y futuras, sintetizó Bandeira, quien defendió la importancia de confeccionar planes maestros de desarrollo, con la participación comunitaria y de las distintas instancias del gobierno.
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