El importante anuncio fue hecho por el ministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet.
Esa medida implica adelantar la salida del sistema electroenergético de esas plantas ubicadas en las localidades de Mejillones y Puchuncaví, consideradas ‘zonas de sacrificio’ por la exposición de sus habitantes a una enorme contaminación del aire, el agua y los suelos.
El ministro Jobet explicó que con ello se acelera el calendario original establecido en 2019 y que preveía el cierre de esas unidades en 2040 con lo cual para 2025 se espera haber cesado la generación eléctrica en el 65 por ciento de las unidades a carbón de Chile.
Además dijo que representa una ‘excelente noticia’ para los vecinos de las zonas de sacrificio, pero advirtió que la medida ‘debe ser ratificada técnicamente para asegurar que los chilenos reciban energía al menor precio posible y de manera segura’.
Según datos del Ministerio de Energía y Minería, con el cierre de las cuatro centrales se reducirá la emisión de aproximadamente seis millones de toneladas de CO2 al año.
La salida del sistema energético nacional de esas plantas ha sido largamente reclamada por organizaciones ecologistas y de pobladores de las áreas contaminadas, que aseguraban era factible adelantar el calendario propuesto por el Gobierno.
El Plan de descarbonización es uno de los ejes estratégicos para combatir el cambio climático y lograr la Carbono Neutralidad al 2050 propuesta por Chile.
El Gobierno se comprometió en 2019 a cerrar todas las centrales en un programa de dos etapas, la primera de las cuales contemplaba el cierre de ocho para el 2024, y las otras 20 a más tardar en 2040, aunque con esta medida se adelanta sensiblemente.
Finalmente, Jobet aseguró que el ministerio que encabeza seguirá ‘buscando oportunidades para acelerar el plan y hacer de Chile un país de energías limpias, siempre y cuando se asegure el suministro eléctrico de los hogares, industrias y comercios del país’.
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