La octava edición del evento, organizada por Legambiente, la editorial La Nueva Ecología y la organización Kyoto Club, junto a otros colaboradores, propuso como primera medida acelerar la aprobación de los decretos Fin de Residuos, como los de vidrios sanitarios, de barrido de calles, baterías, acumuladores, de construcción y demolición, entre otros.
El decálogo también incluye el fortalecimiento efectivo de los controles ambientales, con una dotación de 240 millones de euros para la contratación de dos mil técnicos y la compra de herramientas y laboratorios para el Sistema Nacional de Protección del Medio Ambiente.
Pondera, además, la construcción de una red de nuevas plantas industriales para el reciclaje de residuos de origen doméstico y productivo, partiendo del centro y sur de la península, y señala como ejemplo, en tal sentido, la cadena de bioeconomía que produce productos químicos intermedios y ecológicos a partir de biomasas residuales.
Otro de los aspectos es asegurar la participación ciudadana y de los territorios en los procesos de toma de decisiones para la aprobación de proyectos, algo aún no garantizado, y que, para entrar en los méritos de los temas, solo es posible a través de un proceso transparente de discusión pública.
Asímismo, para ‘cerrar el círculo de la economía italiana’, el desarrollo de un mercado real de productos reciclados fue presentado como la quinta de las recetas que Ecoforum sugiere que Italia debe implementar en el camino de hacer del año 2021 el punto de inflexión para un sector urgido de una estrategia nacional lo antes posible.
Giorgio Zampetti, director general de Legambiente, al intervenir en el evento, según citó el sitio wed de la organización, destacó que esos son los pasos adecuados para completar cuanto antes la revolución circular de Italia, capaz de generar inversiones, empleo y economía, además de importantes beneficios para el medio ambiente.
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