Según la cancillería, el viceprimer ministro Demeke Mekonnnen ‘envió una carta al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que expone la decepción del Gobierno porque esa organización mantiene una actitud injerencista en un asunto fuera del alcance de sus competencias’.
La administración etíope ‘desaprueba la mediación no deseada’ del bloque, con sede central en El Cairo, y crítica su intención de intervenir en la conversaciones, al dirigir un mensaje al Consejo de Seguridad y también a la Asamblea General de la ONU.
Así corre el riesgo de socavar sus relaciones con la Unión Africana (UA), organización que auspicia las conversaciones, advierte el texto suscrito por Mekonnnen, también canciller del país africano.
De acuerdo con la comunicación, Addis Abeba ‘alerta de la reputación de la Liga… de apoyar incondicionalmente cualquier reclamo egipcio en temas relacionados con el río Nilo’, lo cual la descalifica para terciar en el conflicto.
La UA, organización común para los tres países, es la plataforma competente para negociar y alcanzar un resultado beneficioso para todos, en concordancia con el principio de encontrar soluciones africanas a los desafíos de África, señala la carta.
Declara, asimismo, que Etiopía ‘procede de buena fe, mantiene su compromiso de trabajar para llevar los diálogos al éxito y exhorta a las naciones ribereñas del Nilo a mantenerse fieles al proceso liderado por el organismo continental’.
Además, reitera ‘la solicitud a la comunidad internacional para alentar a Egipto y Sudán a cumplir con los principios del derecho internacional sobre la utilización de los recursos hídricos transfronterizos’.
Desde que comenzó a construirse en 2011, la GERD (por sus siglas en inglés) provocó desencuentros entre Etiopía y Egipto, especialmente, y aunque en 2014 iniciaron negociaciones junto con Sudán para determinar cómo explotarla, continúan sin resolver sus diferencias.
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