La advertencia la formuló Zaldívar en la ceremonia por los 50 años del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, y allí se manifestó por fortalecer, en todas las entidades una política de cero tolerancia hacia esa práctica.
El magistrado subrayó que la corrupción es inadmisible en cualquier sector del Gobierno, pero es mucho más grave cuando lo que se vende es la justicia.
Pidió reconocer que los órganos jurisdiccionales no tienen cercanía con los ciudadanos, no reconocen en ellos una legitimación social, y se les visualiza como entidades normalmente vinculadas con los poderes fácticos y económicos, o perciben a los jueces ajenos a su vida diaria y son susceptibles de incurrir en la corrupción.
Requerimos tribunales más sensibles, más cercanos a la gente, que comprendan el dolor humano detrás de cada expediente, y entiendan el momento social que se está viviendo para responder a una sociedad que exige justicia.
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