Este trágico número de víctimas supera la población de uno de cada tres países, subrayó el titular por medio de un comunicado difundido por la oficina de su portavoz.
‘Muchos de nosotros conocemos esta pérdida directamente y sentimos su dolor. Lloramos a madres y padres que nos dieron orientación, hijos e hijas que nos inspiraron, abuelas y abuelos que compartieron sabiduría, colegas y amigos que elevaron nuestras vidas.’
Ahora, observó Guterres, las vacunas ofrecen un rayo de esperanza, pero la mayor parte del planeta todavía está en las sombras pues el virus supera la distribución de inmunizantes.
Esta pandemia está claramente lejos de terminar: más de la mitad de sus víctimas murieron este año y muchos millones más están en riesgo si se permite que el SARS-CoV-2 se propague como la pólvora, alertó el diplomático portugués la víspera.
Cuanto más se propaga, más variantes vemos, las cuales son más transmisibles, mortales y propensas a socavar la eficacia de las vacunas actuales, señaló.
Por ello, llamó a cerrar la brecha de las vacunas, lo que requiere el mayor esfuerzo de salud pública mundial de la historia.
Según destacó Guterres, el mundo necesita un plan mundial para duplicar la producción de esos inyectables y asegurar su distribución equitativa, utilizando el mecanismo Covax como plataforma.
En ese sentido, el titular convocó a un Grupo de Trabajo de Emergencia que reúna a todos los países con capacidad de producción de vacunas, la Organización Mundial de la Salud, instituciones financieras internacionales, la alianza global de vacunas GAVI y otras partes interesadas.
La recuperación mundial requiere una vacunación global, recalcó el secretario general de la ONU, la trágica pérdida de cuatro millones de personas a causa de esta pandemia debe impulsar esfuerzos urgentes para ponerle fin.
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