En junio de 2020 la pérdida resultó de mil 43 km2 deforestados y la del actual periodo constituyó el peor número desde que comenzaron las mediciones en 2015 con el sistema de observación por satélites (Deter) del Instituto Nacional Investigaciones Espaciales (INPE).
Según el INPE, en los primeros seis meses del año, la deforestación en la región amazónica se incrementó un 17 por ciento, respecto a la misma etapa del calendario anterior, con la destrucción de tres mil 610 km2.
Para Rómulo Batista, vocero de la campaña Amazonia de la organización no gubernamental Grenpeace, los datos de junio ‘muestran otro triste récord para la selva y sus pueblos’.
El Gobierno renunció a la obligación de combatir el crimen ambiental, indicó por su parte la ONG Observatorio del Clima.
Brasil enfrenta una intensa presión internacional, encabezada por Estados Unidos, para que frene la destrucción de la mayor selva tropical del mundo, la cual desempeña un papel clave en el cambio climático.
En una cumbre de líderes auspiciada en abril por Washington, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que su país está abierto a la cooperación internacional y prometió que alcanzará neutralidad climática en 2050.
De acuerdo con el Partido de los Trabajadores (PT), el exmilitar mintió de forma insolente en su discurso en el foro del clima.
‘Además de tener una política ecocida, Bolsonaro ahora miente al mundo’, afirmó el líder del PT en la Cámara de Diputados, Elvino Bohn Gass.
Recordó, por ejemplo, que en poco más de dos años el Gobierno de Bolsonaro derogó o modificó 606 normas y ordenanzas, ‘destruyendo toda la base legal para la aplicación y castigo de los infractores’ ambientales.
La deforestación es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en Brasil, que contribuyen al calentamiento global, y la preservación de la selva resulta absolutamente crucial para el mantenimiento de los procesos biológicos y climáticos que traen la lluvia a las regiones del medio oeste y el sudeste.
Tales estadísticas son las primeros bajo la gestión del nuevo ministro de Medio Ambiente, Joaquim Alvaro Pereira Leite, luego de la renuncia de Ricardo Salles, presionado por una investigación sobre su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.
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