En una oportunidad, un Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial colocó a la nación de los cedros entre las 10 primeras en el planeta, pero no está claro en la actualidad cómo los claustros asumirán el próximo curso escolar.
‘La crisis iniciada a finales de 2019 tomó por sorpresa al sector educativo’, dijo Rene Karam, director de la Asociación libanesa de Profesores de Inglés.
Al principio, agregó, direcciones de algunas escuelas privadas despidieron a los profesores mejor pagados, más o menos 30 por ciento del personal, pero con el tiempo se registró un éxodo y ahora ese personal es escaso, explicó.
Los salarios de los educadores disminuyeron de unos mil dólares al mes a unos 90, mientras los precios de bienes básicos aumentaron hasta niveles insostenibles para todos. ‘Estamos en una crisis real’, resumió Karam.
Las escuelas privadas representan 70 por ciento del sector educativo, con más de mil 500 instituciones y cada una de ellas perdió de 10 a 40 profesores, apuntó Rodolphe Abboud, director del sindicato de maestros.
‘Por ahora solo pensamos en mantenernos vivos, no hay de otra’, añadió.
De momento, las direcciones de las escuelas esperan concentrar a educandos de diferentes niveles o buscan otras alternativas.
También conspira contra cualquier variante, dijo Abboud, los frecuentes cortes de energía y la escasez de materiales básicos.
Esta semana, el Ministerio de Educación canceló los exámenes finales para pasar de secundaria a bachillerato, en respuesta a la presión de los padres y del personal.
‘El ministro quería realizar los exámenes, pero desconocía la escasez de papel y tinta, que los maestros no pueden trabajar gratis y que las escuelas no pueden funcionar sin energía eléctrica’, acotó Karam.
oda/arc