El 24 de mayo pasado, el MEP suspendió el curso escolar como medida preventiva ante el incremento de nuevos casos de la Covid-19 registrado en ese momento, con más de dos mil casos diarios como promedio, en un país de cinco millones 75 mil habitantes.
‘Este 12 de julio, la alegría de retomar las clases embargará a estudiantes y sus familias, y es que su centro educativo es un espacio para estudiar y aprender, pero también para convivir, socializar, encontrar apoyo, protección y acompañamiento socioemocional’, resalta un comunicado de prensa del MEP.
Por su parte, la directora de la Contraloría de Derechos Estudiantiles del MEP, Rocío Solís, afirmó que los centros educativos son espacios seguros para los niños, niñas y jóvenes.
Estos, exaltó, acogen a estudiantes garantizándoles la continuidad del aprendizaje, la inclusión de las personas más vulnerables y la protección de la infancia.
Al defender el retorno a clases, Solís insistió en que los centros educativos son entes protectores para los niños, niñas y adolescentes, donde encuentran espacios para la expresión y comunican y alertan de situaciones de agresión, negligencias, consumo de drogas, abusos sexuales.
‘Cuando los niños, niñas y adolescentes están en el sistema educativo hay una gran ventaja para poder atender, prevenir, apoyar, gestionar y dar acompañamiento’, subrayó.
Al respecto, el MEP reveló que en 2020 y durante estos meses del 2021 reportaron 74 mil 371 consultas e intervenciones realizadas por profesionales en Orientación ante necesidades de los estudiantes que requirieron una atención individual.
Cuando el 17 de mayo pasado la titular del MEP Giselle Cruz anunció la suspensión del curso lectivo, adelantó que la interrupción implicará una extensión del año escolar, el cual debía finalizar a principios de diciembre de 2021, pero ahora lo hará en enero de 2022 para en esos dos meses recuperar las clases que no se impartieron en esta pausa.
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