De hipócrita calificó el Ministerio de Relaciones Exteriores la decisión del PE, y agregó que ‘como tantas otras, no contribuirá al desarrollo de las relaciones bilaterales’.
Los eurodiputados condenaron la víspera a Ankara en particular por sus acciones contra el Partido Democrático de los Pueblos, tercera fuerza política en la Gran Asamblea Nacional (parlamento) de Turquía.
El Tribunal Constitucional de esta nación euroasiática evalúa una solicitud para cancelar a esa formación y, con ello sacar de la política a cerca de 500 de sus miembros.
En ese escenario las fuerzas de seguridad comenzaron sendas operaciones, por orden de la Fiscalía de Estambul y esta capital, para detener a 46 seguidores del clérigo Fethullah Gullen, refugiado en Estados Unidos, al que Turquía acusa de instigar un fallido golpe de Estado contra el presidente Recep Tayyip Erdogan en 2016.
Al menos 19 sospechosos fueron detenidos ya en cinco provincias durante una operación anterior y varios huyeron del país, según la agencia de noticias Anadolu.
La intentona golpista dejó un saldo de 251 fallecidos y dos mil 734 heridos. Por esa causa fueron arrestados 100 mil personas, de ellas 50 mil sometidas a prisión preventiva, mientras que 333 militares resultaron condenados a cadena perpetua.
Además, el Gobierno realizó una purga que afectó a unos 130 mil empleados, de acuerdo la televisión local.
En ese contexto la justicia de Estados Unidos se niega a extraditar a Gullen mientras decenas de sus seguidores fueron capturados en terceros países y devueltos a esta nación para ser juzgados.
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