En esta condición conocida como ‘Covid largo’, continuaron experimentando síntomas, generalmente una tos persistente y dificultad para respirar.
Otras señales de alarma incluyeron fatiga persistente, mareos e insomnio, pero estas últimas no se observaron con frecuencia.
Es una seria preocupación que, si se generaliza, probablemente ejercerá presión sobre la sociedad y la economía en los próximos años, dijeron expertos a la publicación digital The Straits Times.
Los efectos se suman al costo de la pandemia, y el largo período de afectación de salud ratifica la necesidad de que las personas eviten la infección aún cuando estén vacunadas.
El estudio comenzó a mediados de enero de este año, involucró a tres hospitales públicos y analizó a un total de 288 pacientes, de los cuales 183 regresaron para seguimiento ambulatorio.
Las personas mayores de 65 años y que tenían una enfermedad grave, mostraron más probabilidades de tener síntomas persistentes.
Sabemos por los casos que aunque los pulmones son el principal órgano afectado, el virus en realidad causó un daño más amplio, señaló Barnaby Young, uno de los consultores de la pesquisa.
El galeno explicó que los efectos colaterales incluyeron afectaciones al corazón y al revestimiento interno de los vasos sanguíneos pequeños, lo que provoca el bloqueo del suministro de sangre y el sangrado.
La publicación citó a Sylvia Sim, paciente recuperada de Covid-19, de 58 años, quien dijo que le tomó alrededor de un año recuperar su sentido del olfato por completo, tras dar positivo al virus el 6 de abril del año pasado.
Mi sentido del gusto regresó solo seis meses después y mi sentido del olfato un año después. Incluso hoy, a veces no puedo oler, comentó.
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