Entre miércoles y jueves el Gobierno venezolano desplegó a cientos de efectivos policiales y de fuerzas especiales para repeler el avance y desalojar a grupos delincuenciales que habían consolidado posiciones en los sectores de la Cota 905 y La Vega, y generaron reiterados episodios de violencia.
‘Los enemigos de la Patria pretenden sembrar zozobra a través del financiamiento de bandas delictivas, no nos quedaremos de brazos cruzados. Estamos actuando de forma contundente, apegados a las leyes y a la Constitución para garantizar la seguridad’, afirmó la víspera el mandatario Nicolás Maduro.
El jefe de Estado indicó que Venezuela tiene en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y en los organismos de seguridad, a los guardias de la paz, de la tranquilidad y la estabilidad nacional; ‘son hombres y mujeres de bien que han asumido el compromiso de defender al pueblo’, aseguró el dignatario.
La ministra del Interior, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, informó a su vez que las operaciones continuarán durante el tiempo que sea necesario para liberar la totalidad de los territorios secuestrados por las bandas delincuenciales.
Durante las últimas horas, las fuerzas especiales desplegadas en la Cota 905 y las demarcaciones aledañas avanzaron en el desmantelamiento de las estructuras criminales instaladas en esos territorios ‘con claras pretensiones de sembrar el terror y quebrantar la paz’, aseguró.
La titular denunció que estas bandas delincuenciales contaban con apoyo logístico, comunicacional y financiero, con el objetivo de causar el caos y afectar la estabilidad de Venezuela; ‘no descansaremos hasta desarticular, material e intelectualmente, a estas mafias terroristas’, manifestó.
El Gobierno de Venezuela ofreció recompensas de hasta 500 mil dólares por información que contribuya a la captura de los delincuentes Garbis Ochos, alias Galvis, Carlos Revete (Coqui) y Carlos Calderón (Vampi), entre otros cabecillas de la banda de la Cota 905.
En reiteradas ocasiones, el Ejecutivo bolivariano denunció la articulación de personeros de la extrema derecha con estas agrupaciones criminales para sembrar caos en sectores populares de Caracas, con evidentes fines desestabilizadores en el orden político.
Los más recientes eventos coincidieron con el arribo al país de una delegación técnica de la Unión Europea, la cual evaluará si existen condiciones para designar una misión de observación y acompañamiento electoral de cara a los comicios regionales y municipales del 21 de noviembre.
En tal sentido, la congruencia de los eventos armados con esta visita, supone una fabricación de eventos propios a la recreación de un Estado fallido, de acuerdo con un informe del Instituto Samuel Robinson.
‘Lejos de toda coincidencia, los eventos armados fabricados en Caracas imponen una vía de fuerza para degradar las posibilidades del reconocimiento electoral al país’, aseveró la fuente especializada.
Asimismo, las operaciones terroristas en Caracas, que tienen rasgos de una guerra irregular urbana con acciones paramilitares en escala germinal, pero en ascenso, constituyen graves riesgos para la seguridad estratégica nacional.
Anteriores episodios de violencia protagonizados por estos grupos de la delincuencia organizada, coincidieron con amenazas a la soberanía de Venezuela, dígase la frustrada Operación Gedeón en mayo de 2020, dirigida a perpetrar magnicidio y golpe de Estado, o la reciente incursión de paramilitares colombianos en el estado de Apure.
Para más señas, la semana anterior el mandatario Nicolás Maduro denunció la existencia de nuevos planes violentos contra el Estado venezolano articulados desde Washington, al referir informes de ‘fuentes confiables de información’.
De acuerdo con el dignatario, las recientes visitas a Colombia del jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Craig Faller, y del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Burns, responde a un plan para atentar contra la vida de integrantes del alto mando político militar de la nación sudamericana.
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