Un total de 6,7 millones de electores están empadronados para concurrir a las urnas, tres meses después de que el ex primer ministro Boiko Borisov ganara con el 26 por ciento en comicios similares, pero que a la postre fracasó por las divisiones internas.
Ninguno de los seis partidos que lidiaron por el triunfo entonces alcanzó la mayoría necesaria para gobernar; luego de tres tentativas la Cámara fue disuelta y el presidente búlgaro, Rumen Radev, convocó a elecciones.
En mayo pasado el gobernante alertó sobre una posible ‘crisis política’ y constitucional de no avanzarse en consensos.
Según los sondeos, la intención de votos para dos de los principales contendientes, Slavi Trifonov, del partido Existe tal Pueblo, de reciente formación, y Boiko Borisov, de Ciudadanos para el Desarrollo Europeo (GERB), es bastante pareja.
Ambas formaciones podrían llegar a un 20 ó 21 por ciento por igual en cantidad de votos, aunque encuestas como la de Market Linsk vaticinan una ligera ventaja de apenas un punto para el candidato de GERB, quien estuvo 12 años en el poder.
Algunos analistas estiman que los comicios de este domingo tendrán como aderezo adicional la pugna entre partidos tradicionales y de reciente creación, surgidos de las protestas populares del pasado año contra la corrupción y que abogan por un cambio de sistema.
Además de Existe tal Pueblo, que obtuvo el segundo lugar en votos en abril pasado por encima del opositor Partido Socialista Búlgaro, surgieron Bulgaria Democrática, de tendencia conservadora, y áLevántate Bulgaria! áMafiosos Fuera!, considerado de centroizquierda.
Trifonov adelantó a la prensa la disposición de formar alianza con estas dos nuevas formaciones y rechazó cualquier liga con los partidos tradicionales.
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