La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) recomendó en junio pasado colocar en su lista de peligro al sistema de arrecifes más grande del mundo, recordó el diario The Straits Times de Singapur.
El Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS), con 35 años de monitoreo de esas especies, precisó en su informe anual publicado este lunes que los corales se encuentran en una ‘ventana de recuperación’ después de un periodo de calma, tras una década de estrés por calor y ciclones.
‘La creciente prominencia de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima y los brotes de estrellas de mar con corona de espinas están provocando presiones más graves y frecuentes, lo que le da al arrecife menos oportunidades como esta para recuperarse’, enfatizó Paul Hardisty, director ejecutivo de AIMS.
El informe confirmó que, tras examinarse 127 sitios de arrecifes este año, la cobertura de coral duro aumentó en 69 de las 81 ubicaciones estudiadas en los últimos dos años, en gran parte impulsada por la especie acropora ramificadas y de mesa de rápido crecimiento.
Por otra parte, una investigación científica separada publicada en octubre pasado encontró que el sistema de dos mil 300 kilómetros perdió la mitad de sus corales desde 1995, por una serie de olas de calor oceánicas que causaron el blanqueamiento masivo.
Ante ese panorama, el Gobierno de Australia envió al ministro de Medio Ambiente a París, Francia, para reunirse con funcionarios de la Unesco.
Canberra ha mostrado resistencia a las recomendaciones de esa organización para lograr emisiones netas cero para 2050, alegando que espera alcanzar el objetivo ‘lo antes posible’ sin dañar su economía dependiente de las materias primas y que el cambio climático requiere un esfuerzo global.
El arrecife tenía un valor estimado de cuatro mil 800 millones de dólares al año en ingresos por turismo para la economía australiana antes de la pandemia de la Covid-19, según fuentes oficiales, y su colocación en la lista de peligro podría comprometer esos ingresos.
Incluida en la lista del Patrimonio Mundial en 1981, la Gran Barrera de Coral es uno de los siete sitios globalmente amenazados con una degradación debido a daños ecológicos, desarrollo excesivo, turismo o preocupaciones de seguridad, precisó el periódico singapurense.
Para el 23 de julio próximo se espera una decisión sobre la permanencia o no de ese estatus.
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