En declaraciones al diario Jornal de Angola, el profesor universitario António Estote consideró este jueves que el aumento generalizado de los precios responde a la reducción de la oferta de bienes y servicios y no a un incremento de la masa monetaria; es decir, al dinero en circulación.
El economista y catedrático cuestionó así el enfoque adoptado a principios de este mes por el Banco Nacional de Angola (BNA), al elevar sus tasas de interés, señaló la publicación digital.
El pasado 2 de julio, el Comité de Política Monetaria (CPM) del ente emisor subió la tasa básica de interés de 15,5 a 20 por ciento, así como las facilidades permanentes de liquidez de crédito y de absorción de liquidez de 19,88 a 25 y de 12 a 15 por ciento, respectivamente.
De acuerdo con el gobernador del BNA, José de Lima Massano, las modificaciones obedecen a la persistencia de presiones inflacionarias que ponen en riesgo la meta de inflación de 19,5 por ciento para el presente año.
Sin embargo, algunos expertos descartan la contención del fenómeno por la vía de la política monetaria, pues obedece esencialmente a la escasez provocada por el recorte en las importaciones de bienes, cuya ausencia no es cubierta por la producción interna.
El reemplazo de mercancías provenientes del exterior por surtidos nacionales es un propósito loable, pero ‘la producción nacional demuestra que no tiene capacidad de cobertura para abastecer el mercado’, sopesó Estote en la entrevista con el periódico.
Alimentos y bebidas no alcohólicas lideran la subida inflacionaria medida por el índice de precios a los consumidores, esto incluye surtidos como pan, arroz, carnes de res y pollo, harinas de maíz y trigo, frijoles y aceite de soya, entre otros, publicó el BNA.
Entre las principales iniciativas del gobierno figura el Prodesi, acrónimo que identifica aquí al programa para diversificar las producciones y sustituir importaciones, el cual estimula de manera especial los renglones alimentarios, pero todos los resultados no podrán alcanzarse de inmediato.
En opinión del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, el comportamiento de los precios impulsa la fragilidad económica de millones de familias en el planeta e impide el acceso a una alimentación nutritiva.
‘Los altos precios de los alimentos son el nuevo mejor amigo del hambre. Ya tenemos conflictos, clima y Covid-19 que empujan a más personas al hambre y la miseria. Ahora los precios de los alimentos se han unido al trío mortífero’, dijo el economista jefe del PMA, Arif Husain, en un comunicado.
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