Autor de numerosos artículos y ensayos sobre temas relacionados con la política y el derecho internacional, Marcelli posee un blog en la edición digital del diario Il Fatto Quotidiano en el cual publicó casi mil trabajos en los últimos 10 años.
Entre ellos, ¿Por qué defender a Cuba es una batalla de civismo?, publicado a raíz de los disturbios ocurridos en la nación caribeña, en el cual señaló que ‘la maldita pandemia ha constituido para (Joseph) Biden y compañía una ayuda inesperada’.
En ese sentido, elogió la respuesta cubana a la emergencia sanitaria en el plano interno mediante una estrategia que incluye, entre otras cosas, un plan nacional de inmunización con vacunas propias y, en el externo, el envío de colaboradores de la salud a varios países, incluida Italia.
Hoy, añadió, la proliferación de variantes del virus impone nuevos desafíos y el daño económico es enorme, con particular afectación sobre el turismo, principal fuente de ingresos en divisas de la isla, por lo cual, afirmó, ‘el descontento tiene por lo tanto causas y raíces reales’.
Conociendo un poco la realidad cubana, apuntó, considero que los contrarrevolucionarios no tendrán al final gran cosa de qué alegrarse pues la respuesta de la parte consciente y organizada del pueblo que salió a la calle acudiendo al llamado del presidente Díaz-Canel fue importante.
Sobre esos y otros temas relacionados con la política agresiva de sucesivos gobiernos estadounidenses contra Cuba, reflexionó el jurista en un diálogo con Prensa Latina en el cual resaltó que la campaña desencadenada contra Cuba, antes y después de los disturbios, muestra aspectos novedosos respecto a otras anteriores.
Al respecto mencionó la presencia de dos factores que consideró determinantes en esta ocasión: el uso masivo de las redes sociales, con la complicidad de grandes transnacionales de la web, acompañado por la proliferación noticias, imágenes y perfiles falsos, y el impacto sanitario, económico y social de la Covid-19.
En el caso de Cuba, dijo, la pandemia afecta grandemente el turismo, su principal fuente de ingresos, lo cual abre la posibilidad de la desestabilización del país.
Tras calificar de ‘inquietante’ la capacidad de la campaña comunicacional montada contra Cuba ‘para crear la impresión de que existe una sublevación cuando en realidad es algo ficticio’, aludió al financiamiento de Estados Unidos a grupos internos como ocurre en otros países como Venezuela y Nicaragua.
Marcelli llamó también la atención sobre el incremento de la agresividad del gobierno estadounidense para controlar los territorios al sur de sus fronteras, en una coyuntura que describió como un contexto latinoamericano en movimiento hacia una nueva fase progresista después de un período de reflujo.
Quieren enviar una señal fuerte sobre lo que significa para ellos el control de América Latina en un contexto mundial cada vez más caracterizado por la multipolaridad y si lo pierden les será cada vez más difícil preservar su papel de potencia global, subrayó.
rgh/fgg