Preguntado en la conferencia de prensa matutina de este viernes en el palacio Nacional sobre el espionaje invasivo y violatorio de sus derechos humanos practicado por una empresa israelí mediante un software conocido como Pegasus, recordó la triste trayectoria del extinguido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) que lo practicaba.
La periodista le recordó la existencia de pruebas y copias de mensajes, correos electrónicos, grabaciones que confirman un espionaje masivo por parte de Pegasus, el cual no concluyó con su triunfo electoral en julio de 2018 sino que siguió después de su investidura como presidente en diciembre de ese año.
López Obrador dijo que, no obstante, ni siquiera pidió que le entregaran esos expedientes pues el espionaje de él y su familia por teléfono y otros medios ha sido permanente y constituyó una práctica de gobiernos autoritarios, por eso lo primero que hizo fue eliminar el Cisen.
Denunció que esas acciones perversas no solo implicaban a su familia y su partido, sino a muchos mexicanos e incluso se espiaban entre ellos mismos en el país, pero también a nivel mundial y es muy lamentable que eso sucediera y siga sucediendo.
Recordó que él ordenó la desaparición de ese sistema al igual que la del Estado Mayor Presidencial después de décadas, no sólo porque era un aparato costosísimo de ocho mil elementos para cuidar al presidente, sino que además era usado para reprimir a los jóvenes como en las matanzas de Tlatelolco en 1968.
Planteó abrir todos los expedientes, los videos y hasta crear una hemeroteca o archivo de toda esta podredumbre de espionajes desde la guerra sucia el siglo pasado, los hechos de 1968 hasta la fecha, e incluso subirlos a las redes sociales. Hay que ver las formas de hacerlo, expresó.
En el caso de Pegasus la Fiscalía investiga todo, y se está cooperando con el envío de los contratos que se firmaron.
Todo eso se va a entregar a la Fiscalía, esa es la instrucción. Hay contratos del Cisen, de Seguridad, de la Policía Federal, de la Procuraduría y todo se les va a entregar para hacer una investigación exhaustiva.
El contacto con la empresa de espionaje israelí la inició en 2011 el expresidente Felipe Calderón y su secretario de Seguridad Genaro García Luna, y la continuó y fortaleció su sucesor Enrique Peña Nieto con contratos por 32 millones de dólares, según la Unidad Investigativa Financiera.
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