Tras el impase de 2020, primero en los 145 años de historia del evento, los organizadores apostaron por una cita presencial, gracias al cambio en el panorama sanitario actual y el avance de los procesos de vacunación en el país europeo.
Según detalla el grupo gestor del encuentro, la idea es recuperar parte de las pérdidas ocasionadas por la crisis sanitaria al sector cultural, a causa del cierre de instalaciones y las suspensiones de giras y espectáculos en todo el país.
Con aforo reducido y desde la Colina Verde de Bayreuth, el programa del festival propone, de manera inédita, la dirección de una obra por una mujer: la ucraniana Oksana Lyniv, quien tomará la batuta con la ópera El holandés errante y romperá así una tendencia marcada por el monopolio de 92 hombres.
Además de esta pieza, que contó con la maestría de Dmitri Tcherniakov para su puesta en escena, figura en la agenda del evento la producción La walkyria, a cargo del austriaco Hermann Nitsch y la dirección del finés Pietari Inkinen.
Igualmente, destacan tres conciertos con fragmentos de obras de Wagner, quien gestó este proyecto en 1876 con el propósito de crear un espacio para la representación de sus piezas, en especial la tetralogía El anillo del nibelungo y Parsifal.
Su teatro está diseñado específicamente para este tipo de funciones, pues cuenta con espacio para grandes orquestas y un diseño arquitectónico concebido para la representación de las óperas del músico alemán, quien suscita hasta la actualidad el peregrinar de seguidores para evocar su maestría.
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