No era el resultado que quería, escribió en sus redes sociales la nacida en Sinaloa, que cumplió el sueño de pelear bajo la silueta de los cinco aros, algo que no concretó camino a Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Tras dejar en casa a la leyenda María del Rosario Espinoza, tres veces premiada en este nivel, incluido el oro en Beijing 2008, Acosta era una de las figuras de su nación en la lid multideportiva, pero sus anhelos quedaron reducidos a cenizas ante la francesa Althéa Laurin, a la postre tercer lugar en la división de más de 67 kilogramos.
En el debut, la norteamericana, doble medallista mundial, cedió por un aplastante 3-21 en la ronda de los octavos de final y la derrota de la europea en semifinales la privó de entrar en el organigrama del repechaje.
Trabajé y buscaba más, escribió la atleta, quien en el pasado manifestó haber contemplado el retiro por la imposibilidad de mostrarse en el evento deportivo de mayor alcurnia, pese a sus reiterados resultados en lides universal.
La presencia de Espinoza, una de las mejores de la historia, en su misma división olímpica echó por tierra esa posibilidad, hasta que la venció –al fin- en el clasificatorio nacional en 2021, en un combate no apto para personas con anomalías cardiacas.
Empero, las ilusiones duraron poco y las pesadillas volvieron aflorar en una presentación discreta y tímida en la imponente Sala A del Makuhari Messe, sede del concurso finalizado la víspera.
Así, la actuación de Acosta cerró el peor resultado de México en las ediciones olímpicas de taekwondo, al concluir con las manos vacías después de sumar siete preseas, entre ellas dos doradas, en los anteriores cinco Juegos estivales.
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