Después de semanas de regateo a puerta cerrada, los senadores de ambos bandos de la Cámara Alta votaron la víspera 67-32 para abrir el proceso de debates y enmiendas a la propuesta de ley de infraestructura, principal prioridad legislativa del mandatario.
El resultado en medio de un Senado dividido fue posible porque 17 republicanos se unieron a los 50 demócratas a favor de avanzar en el paquete defendido por Biden.
La propuesta bipartidista de aproximadamente 1,2 billones de dólares pretende mejorar la envejecida infraestructura de Estados Unidos, lo que supondrá la reconstrucción de puertos, aeropuertos, puentes y carreteras.
Pero también destinaría dinero a objetivos como Internet de banda ancha y la investigación y el desarrollo de coches eléctricos.
Biden admitió que China va por delante de Estados Unidos en sectores como la investigación y desarrollo y ‘si esto sigue así, van a ser los dueños del mercado de los coches eléctricos en el mundo y tenemos que competir’.
Ahora hay un acuerdo sobre los temas principales, estamos preparados para avanzar, comentó a los periodistas el senador de Ohio Rob Portman, quien guió las conversaciones por los republicanos.
Por su parte, Kyrsten Sinema (Arizona), que encabezó las pláticas por los demócratas, expresó su satisfacción por haber llegado a un punto de encuentro.
El líder de la mayoría del Senado, Charles Schumer (demócrata de Nueva York), advirtió que quiere votar tanto el acuerdo bipartidista como una resolución presupuestaria que permita un pacto más amplio -de 3,5 billones de dólares-, que aprobarían más adelante.
Mientras la Cámara de Representantes aguarda porque la iniciativa pase en el Senado, hay expectativa sobre los proyectos de ley para financiar el gobierno al finalizar septiembre.
La Cámara Baja tiene previsto votar un paquete de 617 mil millones de dólares que combina siete de los 12 proyectos de ley de financiación del Ejecutivo.
El Congreso cuenta hasta que termine el noveno mes del año para aprobar una nueva partida de dinero y se espera que utilice un proyecto de ley a corto plazo, conocido como resolución continua, para superar la fecha límite del 1 de octubre.
De momento será necesario agilizar la redacción definitiva del texto que irá a la votación final para que el proyecto pase antes de que los legisladores comiencen el receso de varias semanas en agosto.
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