La línea fronteriza de dicha civilización se extendía a lo largo de seis mil kilómetros, desde Reino Unido hasta el norte de África, pasando por Europa y Oriente Medio, es por ello que actualmente la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) valora la posibilidad de lograr una inscripción transnacional de este recorrido.
El reciente nombramiento, que abarca el estado alemán de Baviera, se concretó casi una semana después de la fecha oficial, debido a la retirada de Hungría de la solicitud conjunta con Alemania, Austria y Eslovaquia, pues el Danubio recorre también esos territorios.
De acuerdo con el informe de la 44 sesión de la Unesco, la distinción le feo otorgada también al límite fronterizo del Imperio Romano, en la región conocida como Germania Inferior, a lo largo del río Rin, una de las vías fluviales por excelencia de la Unión Europea.
Durante la reunión, se sumaron al listado de Patrimonio de la Humanidad los bienes culturales judíos de las ciudades alemanas de Maguncia, Worms y Espira, así como los balnearios de Baden-Baden, Bad Ems y Bad Kissingen.
Hasta la fecha, Alemanai acumula medio centenar de sitios emblemáticos, reconocidos por la Unesco, lo cual posiciona al país en el tercer puesto en el ranking de naciones que encabezan ese registro, por detrás de Italia y China.
Este hecho contrasta con la realidad de un país altamente devastado por las guerras, según apunta un estudio publicado por el experto Christoph Brumann, del Instituto Max Planck para la Investigación Etnológica de la ciudad de Halle.
La catedral de Aquisgrán, lugar de coronación de muchos reyes y el casco antiguo de Cracovia, destacaron entre los once primeros sitios incluidos en la lista de la Unesco en 1978, recordó el autor del libro The Best We Share: Nation, Culture and World-Making in the UNESCO World Heritage Arena.
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