El Consejo General dio su posicionamiento tradicional para comenzar la instalación de mesas receptoras con la denuncia vigente del partido Morena de que son pocas y en muchas regiones del país ni siquiera fueron desplegadas.
Para que la consulta sea vinculante es necesario que el 40 por ciento de la población participante, es decir, 37,4 millones de mexicanos, apoye el Sí.
El cuestionado consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, indicó que los 93,5 millones de ciudadanos tendrán una boleta esperándolos en las 57 mil 87 mesas receptoras instaladas hoy, en las cuales intervienen 285 mil 435 funcionarios y nueve mil 630 instructores y asistentes.
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La consulta popular es un mecanismo directo de participación mediante el cual la ciudadanía aprueba o rechaza una o varias propuestas planteadas con anterioridad sobre temas de interés público.
La pregunta a la que responderá el elector es: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?
Ese galimatías vaciado de contenido, según denuncia del Partido Morena, excluye los nombres de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari (1994) Ernesto Zedillo (2000), Vicente Fox (2006), Felipe Calderón (2012) y Enrique Peña Nieto (2018), todos acusados de corrupción y otros cargos graves.
El INE anunció que ayer se realizó la selección de la muestra probabilística del Conteo Rápido para la Consulta Popular, cuyo objetivo es dotar de certeza a la ciudadanía sobre los resultados de este mecanismo de participación directa, al darlos a conocer la misma noche de este domingo.
Esta primera consulta, ejecutada por petición del presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende que la ciudadanía muestre su aprobación o rechazo a la realización de acciones con apego al marco legal, que conduzcan al esclarecimiento de decisiones políticas tomadas en el pasado, según la jerigonza del INE.
En un lenguaje entendible, según López Obrador se trata de que la gente tenga el derecho de quitar del puesto a un presidente, igual al de elegirlo.
Pero el quid del problema radica en la participación masiva de la gente -lo cual está en dudas- a fin de que el Sí alcance el 40 por ciento de la lista nominal de electores, señalado.
Entonces sus resultados serán vinculantes y los cinco expresidentes mencionados podrán ser juzgados, aunque no aparezcan sus nombres en la pregunta.
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