En julio, en la nación indochina solo se crearon ocho mil 740 establecimientos de ese tipo con fondos ascendentes a cinco mil 340 millones de dólares, 22,8 y 25,3 por ciento menos, respectivamente, que en junio.
No obstante, el número de empresas establecidas en los primeros siete meses del año fue un 0,8 por ciento mayor que en igual lapso del 2020.
El fenómeno se explica porque todavía en el primer semestre la actual tercera oleada de Covid-19 -ocurrida a fines de abril- no había golpeado tan rudamente el proceso de creación y el funcionamiento de las compañías privadas. En aras de garantizar el salvamento de esas entidades, el Gobierno ha desembolsado varios miles de millones de dólares, principalmente en préstamos a muy bajos intereses, y disminuido considerablemente los impuestos y las tarifas de servicios como agua, electricidad y gas.
Las empresas privadas son clave para la salud de la economía vietnamita, pues los valores que crea representan alrededor del 40 por ciento del Producto Interno Bruto y sus contribuciones al presupuesto estatal equivalen al 30 por ciento del total.
Actualmente en Vietnam existen unas 900 mil compañías de ese tipo y la aspiración es llegar a un millón y medio en el 2030, plenamente sostenibles y capaces de emplear al 10 por ciento de los trabajadores.
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