El reporte mensual del organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, precisó que en el séptimo mes del año el índice de precios de los alimentos fue un 1,2 por ciento menor respecto a junio, pero aún así un 31 por ciento superior al registrado en igual período de 2020.
Los precios cereales cayeron un tres por ciento presionado por el descenso en la cotización del maíz que disminuyó un seis por ciento, caída atribuida a mejores rendimientos de lo previsto en Argentina y también más favorables perspectivas de producción en Estados Unidos.
Contrario a ello, en ese mismo renglón, el trigo fue cotizado un 1,8 por ciento superior, la cifra más elevada desde mediados de 2014; mientras el arroz alcanzó su punto más bajo en dos años.
Los productos lácteos por su parte vieron disminuir su índice de precios en 2,8 por ciento en julio respecto a junio, y dentro de ellos la leche desnatada en polvo registró el mayor descenso, seguida de la mantequilla, la leche entera en polvo y el queso.
Los aceites vegetales de la FAO alcanzaron su nivel más bajo en cinco meses, con una disminución del 1,4 por ciento comparado con junio, dada la reducción de los porcentajes obligatorios en la mezcla de biodiésel en Argentina presionó a la baja los precios del aceite de soja, entre otros factores.
Sin embargo, el índice del azúcar subió un 1,7 por ciento, el cuarto aumento mensual, debido a una ‘mayor firmeza de los precios del crudo’ y también a la ‘incertidumbre sobre las repercusiones de las heladas recientes en los rendimientos en Brasil, el mayor exportador del dulce en el mundo.
De igual modo, también subió ligeramente la cotización de la carne y colocó al índice un 19,6 por ciento por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
La carne de ave de corral fue la que más subió por un aumento de las importaciones en Asia oriental y a la escasa expansión de la producción en algunas regiones.
Los precios de la carne de bovino también se fortalecieron, impulsados por el elevado nivel de importaciones de China y la disminución de los suministros procedentes de las principales regiones productoras, apuntó el informe de FAO.
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