Un estudio realizado por el Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum (LTRI) de Canadá determinó que, a medida que los animales envejecen, se agregan conexiones neuronales nuevas siguiendo patrones y cambios colectivos para el procesamiento efectivo de la información.
Se identificaron cuatro modelos básicos que marcan cómo se establecen nuevas conexiones en el cerebro del gusano que constituirían las reglas fundamentales para la maduración y desarrollo de ese órgano hasta en los humanos, precisó la publicación.
Los científicos reconstruyeron por completo el ‘cableado’ que une cada parte del cerebro del gusano y lograron analizar cada conexión neuronal y establecer la estructura de las redes, con el objetivo de descifrar los parámetros que guían esas conexiones.
Comprobaron que las diferentes partes del órgano tienen distintos grados de flexibilidad o plasticidad durante el proceso de desarrollo, un hallazgo que en el futuro permitirá diseñar en el campo de la neurología estrategias para superar vulnerabilidades genéticas a las enfermedades durante su desarrollo.
Asimismo, confirmaron que las redes sinápticas trabajan como una ‘firma’ única para cada cerebro y su crecimiento es dinámico, en el cual cada alteración influye en el procesamiento de la información a lo largo del tiempo, aunque se mantiene un circuito central o centro neurálgico de funcionamiento y toma de decisiones.
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