Ese territorio sufre una escalada de violencia delincuencial y pasó a ser escenario del secuestro de decenas de personas por e bandas de malhechores.
Fuentes militares indicaron que la Fuerza Aérea atacó objetivos en la reserva de Kwiambana, como parte de la operación Hadarin Daji, que enfrenta al este aumento de los acciones de los grupos criminales.
‘En su determinación para poner fin al bandidismo en la región, la Fuerza Aérea centró sus asedios en zonas con una alta concentración de bandoleros, como el sur de la localidad de Dansadau y el norte de la reserva de Kwiambana’, puntualizaron los militares.
Las fuentes afirmaron que ‘más de 78 bandidos fueron neutralizados y sus campamentos destruidos’, y agregaron que informantes y residentes en la zona confirmaron la huida de los bandidos sobrevivientes hacia una zona boscosa.
Con anterioridad los ataques en Nigeria, ocurrían mayormente en el noreste –donde operan los grupos extremistas Boko Haram y Estado Islámico en África Occidental (ISWA) —pero ahora se extendió la inseguridad.
La violencia se amplió a otras zonas del norte y el noroeste y se asocia con una posible expansión en conjunto de redes terroristas y criminales.
Medios de prensa recordaron que en enero del año pasado el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, autorizó el inicio de bombardeos contra bandidos, secuestradores y ladrones de ganado en áreas boscosas de los estados de Níger, Kaduna y Zamfara, operaciones que se llevaron también a otras regiones.
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