Con siete medallas de oro, seis plata y ocho bronce (21 en total), el gigante suramericano se ubicó en el puesto 12 de la competencia y subió un escalón respecto a Río de Janeiro 2016.
Los 21 podios superaron la marca de 19, impuesto en su estado más turístico hace cinco años.
Como anfitriona en 2016, la ‘comitiva verdeamarelha’ ganó siete pergaminos dorados, el mismo guarismo alcanzado ahora en Tokio.
Brasil llegó ayer, último día de los juegos, en la décimo segunda posición, pero con la posibilidad de subir al lugar 11 si conquistaba oro en el voleibol rama femenina o en el boxeo.
Pero solo se colgó dos platas y fue superado por Canadá, que levantó el oro en ciclismo. No obstante, estos subcampeonatos fueron suficientes para que la delegación brasileña pasara a Nueva Zelanda y mantuviera la posición 12.
En la clasificación por dígito total de preseas, Brasil también fue puesto 12, con 21, tres menos que Canadá, pero una más que Hungría, Nueva Zelanda y Corea del Sur.
Medios periodísticos aseguran que la nueva marca de medallas fue posible por la inclusión de nuevas dsiciplinas (surf y skate), que no estaban en el programa de Río 2016.
Asimismo, por la mejora de la actuación de las mujeres, que subieron al podio nueve veces en Tokio, frente a solo cinco en la anterior edición de los juegos.
Llamó la atención que por primera vez en 21 calendarios el laureado voleibol de Brasil se fue sin oro. No pudieron morder el metal precioso en el tabloncillo revestido ni en la arena.
De los campeones olímpicos sorprendió la joven de 22 años Rebeca Andrade, oro y plata en gimnasia artística.
Andrade hizo historia al colgarse el 30 de julio la plata en la prueba de máxima acumuladora y garantizar un inédito galardón.
Sin embargo, el 1 de agosto, la gimnasta se superó a sí misma y se convirtió en la primera campeona olímpica de Brasil y Latinoamérica en este deporte, tras alzarse con el oro en el caballo de salto con 15.083 puntos.
La nacida en Guarulhos, en la periferia de Sao Paulo, superó graves lesiones de rodilla y operaciones para clasificarse para Tokio y llegar al momento más importante de su carrera en Olimpiadas.
Una última intervención quirúrgica, en 2019, la obligó a estar de baja durante ocho meses. Pero el aplazamiento del evento por la Covid-19 le dio tiempo para recuperar su nivel.
‘Todo el mundo conoce mi trayectoria, lo que he vivido. Creo que, aunque no hubiera ganado la medalla, habría hecho historia, precisamente por mi proceso para llegar hasta aquí. No te rindas, cree en tu sueño y sigue adelante’, sentenció Andrade.
Por lo visto se dieron los resultados esperados por el presidente del Comité Olímpico Brasileño, Paulo Wanderley Teixeira, quien meses antes declaró a Prensa Latina que ‘los Juegos Olímpicos son una competición única, totalmente diferente de todos los campeonatos en los que participan los atletas’.
Explicó que, como en el 2020 casi todos los eventos fueron rescindidos o aplazados, no disponían de ‘este parámetro de evaluación respecto a nuestros contendientes’.
Aseguró que el ejercicio anterior a la magna competencia ‘es el que permite una mejor evaluación en relación con la fase técnica’.
Sin embargo, aclaró, ‘a partir de los resultados acumulados a lo largo del ciclo, sabemos que tenemos condiciones para superar la actuación de la Olimpiada de Río 2016’. Brasil cumplió.
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