Henry expresó la necesidad de revitalizar la función pública y poner en marcha un programa de saneamiento intensivo de las cuentas, además de abogar por una política de creación de empleo capaz de actuar sobre la inseguridad alimentaria que afecta a los más pobres.
Actualmente casi la mitad de los 11 millones de habitantes padece inseguridad alimentaria, y el 11,2 por ciento se encuentra en fase de emergencia, en la antesala de la hambruna.
Henry reconoció ‘la miseria de la población haitiana’, víctima de un contexto socioeconómico difícil, incluso precario, de ahí la urgencia de lograr una rigurosa reorganización de los ingresos públicos y de los gastos del Estado, aseguró.
De igual manera reiteró la promesa de enfrentar la inseguridad y mantener un clima social pacífico para garantizar la libre circulación de los ciudadanos y la celebración de elecciones inclusivas en el país.
Con este mismo objetivo el jefe de Gobierno sostuvo un encuentro con representantes de la Unión Europea, bloque que cada año apoya el presupuesto nacional junto a otros pares foráneos.
Con una aguda crisis económica el país se encamina hacia un controvertido proceso electoral mientras el 60 por ciento de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
En mayo pasado el financista haitiano Kesner Pharel previó que el 2021 cerrará en números negativos, para el tercer año consecutivo de recesión económica, por el impacto del déficit presupuestario.
También puso en duda la tasa de crecimiento de 2,4 por ciento prevista por las autoridades y pronosticó un alza de la inflación.
Recientemente, el Banco de la República de Haití reveló que los ingresos del tercer trimestre fiscal 2020-2021 registraron una disminución de un 8,13 por ciento en comparación con el periodo anterior, mientras los gastos presupuestarios aumentaron un 11,2 por ciento hasta alcanzar los 882 millones de dólares.
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