Un mensaje de esa agencia de Naciones Unidas destacó que los más de 476 millones de personas de pueblos indígenas y tribales están amenazados por la Covid-19, porque son tres veces más proclives a vivir en situación de pobreza extrema, mientras más del 86 por ciento trabaja en la economía informal sin protección social.
También aseguró que muchos carecen de acceso a atención sanitaria y culturalmente adecuada y a información sobre esa enfermedad en su idioma, lo que contribuye a poner en riesgo la supervivencia de esas comunidades en aislamiento constante voluntario u obligado.
La pandemia, planteó la OIT, causa pérdida de ingresos, interrumpe las actividades tradicionales y crea inseguridad alimentaria, al tiempo que las mujeres indígenas se ven particularmente afectadas por el aumento de la violencia y el acoso.
En el actual escenario de pandemia, la colaboración de las poblaciones originarias es primordial en la lucha contra la enfermedad generada por el coronavirus SARS-Cov-2, y para fomentar la resiliencia y el desarrollo sostenible de forma que nadie se quede atrás.
Para crear una mejor normalidad es necesario respetar sus derechos y garantizarles el acceso al trabajo decente y protección social, para lo cual la OIT, en ocasión del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, llamó a la comunidad internacional a ratificar e implementar el Convenio 169 que refrenda el papel de esos pueblos en el desarrollo económico.
En 1989, esa organización adoptó ese documento ratificado por 23 países que ha guiado e inspirado a gobiernos, organizaciones de trabajadores, de empleadores y comunidades nativas en sus esfuerzos para promover y proteger sus derechos.
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