Para el legislador frenteamplista Eduardo Bonomi la propuesta es importante en el tiempo que corre, no solo por la situación de pandemia, sino por la tendencia creciente al incremento de la labor remota.
Sin embargo su bancada consideró que la regulación que se establece es muy débil y mal aplicada puede precarizar aún más el empleo, flexibiliza demasiado la jornada laboral y ningún trabajador puede quedar excluido de la limitación de horarios.
La iniciativa promovida por la senadora del Partido Colorado, Carmen Sanguinetti, desde abril de 2020, recibió cambios sobre la versión que se elevó en primera instancia a la Cámara de Representantes.
Bonomi dijo que mejoró el texto original pero todavía es insuficiente y resulta fundamental que se resguarde el derecho a la desconexión, ya que de ley incluye prerrogativas del empleador a no desconectar al asalariado que empleó.
El proyecto se aplicará únicamente al sector privado o a instituciones de derecho público no estatal y Sanguinetti acotó que debería regularse también esta modalidad en el Estado, pero al ser tan amplia la cantidad de tareas, se debería tener ‘otro paraguas de regulación’.
Según establece, el trabajador puede ‘distribuir libremente su jornada en los horarios que mejor se adapten a sus necesidades’ al tiempo que el ‘exceso de trabajo diario’ no se computará como horas extras, se ‘compensará’ en otros días de la semana.
En cuanto a la provisión de las herramientas tecnológicas, la misma se acordará entre las partes y constará en el contrato de trabajo.
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