Un informe del Departamento de Seguridad Infantil, señala que desde 2019 a la fecha la obesidad en los menores entre cuatro y 15 años de edad aumentó del 20 al 30 por ciento.
Así, en los dos últimos años, la tasa de obesidad infantil se disparó a causa fundamentalmente del incremento de la inactividad y el sedentarismo como resultado de las medidas de confinamiento impuestas para enfrentar la pandemia de Covid-19.
A esto se suman los malos hábitos de alimentación pues según el mismo estudio el 55 por ciento de los niños chilenos consumen bebidas gaseosas altas en azúcares, y más de la tercera parte de la población ingiere al menos una vez por semana comida chatarra, alta en calorías y grasas saturadas.
Ante esa situación el Ministerio de Educación anunció la introducción de cambios importantes para el próximo curso escolar en la alimentación que se brinda a los menores en las escuelas públicas, que incluyen la reducción a la mitad de las raciones de pan.
La Junta Nacional de Auxilio Escolar (Junaeb) prevé además incorporar más cereales integrales, huevos, frutas y pescado en la dieta escolar con la cual esa entidad atiende la necesidades de 1,8 millones de niños y adolescentes a nivel nacional, sobre todo de familias de bajos recursos.
El director de la Junaeb, Jaime Tohá, consideró que esos cambios permitirán elevar la calidad nutricional de la alimentación en las escuelas sobre lo que se ha proporcionado históricamente.
Con ello se busca también ir cambiando los malos hábitos de alimentación en un país donde el consumo de frutas y vegetales es escaso.
Según información proporcionada por la Junaeb, en 2020 el sobrepeso y la obesidad afectaron al 54 por ciento de la población infantil.
Más preocupante aun es que el incremento más pronunciado de la obesidad total se apreció en los niños de enseñanza preescolar y primer grado de primaria.
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