El informe ‘Impactos de la pandemia en el bienestar de los hogares de niños, niñas y adolescentes en Chile’ fue elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Internacional del Trabajo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Los datos revelan que el bienestar de infantes y adolescentes se afectó también por la disminución de los ingresos familiares, interrupción de controles de salud, y una agudización de factores de riesgo, sobre todo en hogares con jefatura femenina y de sectores de menores ingresos.
El estudio señala que más de la mitad de los hogares con niños y adolescentes vieron reducirse sus ingresos a causa de la pandemia, lo que llega al 60 por ciento en las familias más pobres, lo cual implicó recortar gastos en alimentación, educación, salud y diferentes servicios entre 22 y 42 por ciento.
La pandemia agudizó los patrones de desigualdad que ya existían en el país, aseguró el representante de Unicef, Paolo Mefalopoulos, y alertó además de nuevas vulnerabilidades que podrían afectar a las familias de los sectores de menos ingresos.
Asimismo se evidencia una profunda desigualdad en el acceso a la educación o en el uso de material pedagógico, pues más de la mitad de las familias de menos ingresos carecen de equipos de computación adecuados para la acceder a las clases a distancia.
En la salud la situación no es mejor y el 56 por ciento de los hogares con menores de edad declararon haber suspendido o postergados consultas médicas, mientras que el 20,9 de los adultos dijo presentar niveles moderados o severos de ansiedad o depresión, lo cual se manifestó más en aquellos con una mujer como jefa del hogar.
El informe revela también que la inseguridad alimentaria llegó al 20,4 por ciento en las familias con niños y adolescentes entre julio y diciembre de 2020.
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