El exfuncionario dijo a Radio Metropole que el tráfico se reanudó en el boulevard Jean Jacques Dessalines, y los líderes de bandas armadas prometieron no atacar los convoyes que trasladan alimentos, agua y medicamentos hacia los departamentos Sur, Grand Anse y Nippes, los más golpeados por el temblor de 7,2 de magnitud.
Martissant conecta la capital con la región del Grand Sur, y es la única vía por tierra para llegar desde Puerto Príncipe a los cuatro departamentos meridionales, donde al menos mil 491 personas murieron tras el terremoto, otras seis mil 900 resultaron heridas y más de 84 mil viviendas fueron destruidas total o parcialmente.
‘No hay límite de tiempo para esta tregua’, dijo Jérôme, aunque espera que sea duradera, y alienta a las autoridades a desempeñar su papel, sanear los barrios y permitir que los desplazados regresen a sus hogares.
Más de 15 mil personas huyeron de la zona desde el 1 de junio, mientras crecían los enfrentamientos entre las bandas Ti Bois y Village de Dieu, responsables de al menos un centenar de muertes entre la población civil, según denunciaron organizaciones de derechos humanos.
Los refugiados se trasladaron hacia plazas públicas, polideportivos o escuelas, en los cuales sobreviven sin acceso a los servicios básicos.
El alcalde de Carrefour, Jean Edouard Pierre, llamó al Gobierno a asistir a las víctimas, cuya situación empeoró tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse el pasado 7 de julio.
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