Días atrás actores armados forzaron el cierre del brazo este del llamado Río Artificial, lo cual amenaza la seguridad hídrica de millones de personas, advirtió la Unsmil en un comunicado.
Considerado el mayor proyecto de riego del mundo, esa megaobra proporciona el 60 por ciento del agua dulce utilizada en esta nación norafricana.
Construido durante el gobierno de Muanmar El Gadafi, el río artificial es una red de pozos y tuberías que transportan el líquido desde los inmensos depósitos fósiles del líquidoa, ubicados bajo el desierto del Sahara, hasta las principales ciudades del país.
Unsmil afirmó que cualquier obstrucción a la infraestructura vital, como el río artificial, es una violación de los derechos humanos.
El texto consideró tales ataques como una forma de castigo colectivo y reiteró que el acceso al agua nunca debe politizarse.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó hace dos semanas que cientos de miles de libios corren el riesgo de quedar sin suministro por las incusiones contra esas instalaciones.
Mientras avanza el sofocante calor del verano y en medio de cortes de energía agudos y la propagación de la Covid-19, el daño continuo del sistema de agua pone en peligro aún más los niveles de salud e higiene de la población, aseguró Unicef.
Libia está inmersa en una espiral de violencia desde el derrocamiento El Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada directamente por varios miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
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