Esa práctica recibe el mayor respaldo de las principales autoridades del país, y de funcionarios, especialistas y productores del sector, más aún en momentos en que la nación encara la insuficiente disponibilidad de insumos y otros recursos indispensables para desarrollar los cultivos agrícolas.
Analistas coinciden en que aumentan las voces a favor de la agroecología no sólo en Cuba, sino también en el orbe, incluso de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y otras entidades internacionales, que la ven como una estrategia de desarrollo.
Concuerdan además en que la propuesta de Política para la Agroecología en Cuba, presentada en un intercambio del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, con científicos y expertos que trabajan en aras de la soberanía alimentaria y la educación nutricional, es un nuevo espaldarazo a esa práctica en el país.
Tal política, integrada plenamente al programa de desarrollo económico nacional, comprende ideas y acciones cuya realización exitosa representa un gran reto, consideran expertos.
En opinión del primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, la agroecología y otras prácticas sostenibles tienen que ser vistas como algo muy necesario, que dará respaldo a la producción de alimentos y a la soberanía alimentaria, por lo que implican en lo económico y en lo social para el país.
De acuerdo con especialistas, el mayor avance de esa forma de agricultura se expresa en el movimiento agroecológico De campesino a Campesino, estructurado por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), una de las principales fuerzas productivas de alimentos en la isla.
Actualmente participan en ese movimiento más de 159 mil fincas (un 73 por ciento de las existentes en el sector), el cual busca transformar la agricultura en un modelo sostenible.
La agroecología tiene en cuenta como pilar fundamental para su desarrollo la experiencia tradicional campesina, fuente inagotable de conocimiento que no puede obviarse en el avance de la agricultura, declaró recientemente el ingeniero Fernando Funes, uno de los especialistas más experimentados en la materia.
También Doctor en Ecología de la Producción y Conservación de Recursos, Funes lidera el proyecto agroecológico familiar ‘Finca Marta’, espacio en el cual contribuye a la transformación del sistema agroalimentario cubano desde una experiencia agroecológica local,
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