Los manifestantes, convocados por la Asociación Afgana de Londres y otras organizaciones de la diáspora, marcharon por el centro de la ciudad hasta las inmediaciones del Parlamento y de la residencia del primer ministro Boris Johnson, detrás de una gran tela donde advertían que ‘el Talibán no ha cambiado’.
También desplegaron una enorme bandera de Afganistán, que el grupo extremista islámico pretende reemplazar por la enseña del movimiento que luchó durante 20 años contra las tropas de ocupación, y pidieron ayuda para las mujeres del país surasiático.
Salven a las mujeres afganas, corearon los participantes en la protesta, ante el temor de que los talibanes vuelvan a prohibir a las féminas salir a la calle solas, trabajar o educarse.
Los insurgentes islámicos, que nunca fueron derrotados totalmente durante la llamada guerra contra el terrorismo lanzada por Estados Unidos tras el derribo de las Torres Gemelas en 2001, comenzaron a recuperar terreno desde del inicio de la retirada de la coalición el año pasado, y el domingo recuperaron el control del país.
La salida de los militares fue pactada en 2020 por el entonces mandatario republicano Donald Trump y los insurgentes en una reunión que tuvo lugar en Doha, Qatar, y luego fue respaldada por su sucesor demócrata Joe Biden.
Tras la debacle, el gobierno británico anunció su disposición a acoger hasta 20 mil refugiados afganos en los próximos cinco años, una cifra que muchos consideran insuficiente.
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